El título siempre me había atraído, lo tengo que confesar. Desde la adolescencia, que lo vería en alguna lista de libros recomendados (es premio Pulizer), me llamaba la atención. Luego descubrí que había un lugar en Inglaterra que se llamaba Middlesex y se me metió en la cabeza que el libro no tenía temática sexual sino que se refería al lugar. Lo seguía creyendo cuando decidí leerlo, porque me apetecía descubrir a Jeffrey Eugenides, pero me guardo Las vírgenes suicidas para la película de Sofía Coppola. No sé si he acertado, porque pese a que me ha gustado en conjunto, creo que se tratan demasiados temas que podrían profundizarse por separado, y a la vez sobran muchos pasajes que alargan innecesariamente el libro. Además, el libro no provoca ninguna sorpresa conforme avanza, ya que al principio anticipan todos los detalles sorprendentes, con lo que el lector solo profundiza información.
Ha resultado ser una lectura muy del mes del Orgullo, porque, si alguien está tan equivocado como yo, voy a desvelar ya que se trata de un relato sobre un hermafrodita. Nacido y criado como niña, en la adolescencia el protagonista descubre que realmente es un hombre hermafrodita y toma la determinación de continuar su vida como hombre. Así que nace dos veces: una como mujer y otra como hombre, de hecho el libro empieza con esa cita en primera persona.
Eso sí, el libro no va solo de su vida, es la historia de su familia, desde sus abuelos que deben huir como refugiados de Esmirna (Grecia) por la invasión turca, pasando por la vida de sus padres, llegando hasta su periplo por el mundo como mujer y su renacimiento como hombre. De esta forma, el libro cuenta tres historias muy distintas, que confluyen en el incesto (entre hermanos, primos, ambas).
Si nos olvidamos de la temática queer, que está presente en Cal (o Callie, dependiendo del momento de la vida del personaje protagonista), algunas de sus amigas con las que se lía, compañeras de la época de San Francisco y la abuela/tía-abuela (según como se mire, los padres de Cal/Callie también son primos, lo del incesto es cosa de familia) que es lesbiana, tenemos la historia bastante detallada de tres generaciones de migrantes: los refugiados, los hijos nacidos ya en EEUU y los nietos también nacidos en EEUU.
Vemos sus problemas de integración en la cultura como extranjeros que no hablan el idioma y que tienen la piel ligeramente morena. Vemos como son parte de un pequeño guetto y cómo ni siquiera Cal/Callie (tercera generación) se libra de alguna alusión a sus orígenes en el colegio. Podemos observar cómo luchan para integrarse, ganarse la vida de forma honrada e ir escalando socialmente. Somos espectadores también de su herencia griega y de los ritos ortodoxos que gobiernan sus vidas, así como sus relaciones.
Solo con la historia de los abuelos (Estephanides y Desdémona) ya podría hacer la reseña. Hermanos que se atraen mutuamente, encuentran en la huida una escapatoria para su amor. Se cortejan en el barco, haciendo como si no se conocieran, y se casan antes de llegar a tierra. En América no les conoce nadie, ni sabe que son hermanos (exceptuando su prima lesbiana, que tuvo que emigrar para casarse porque en el pueblo todos sabían que lo era y sus padres la casaron a cambio de una dote). A su prima le parece estupendo y guarda el secreto durante toda su vida, incluso cuando ve que la segunda generación se va a casar entre primos. La segunda generación es más aburrida, Milton corteja a Tessie tocándola con el clarinete mientras lo toca, pero eso es todo.
Hay muchísimas cosas interesantes en este libro, pero por supuesto, voy a terminar hablando un poco del tema central: Cal/Callie. Nacida y criada como chica, desarrolla su personalidad acorde a su educación... hasta que llega la adolescencia y no llega el periodo, los pechos ni las caderas. Lo que sí que llega es una voz grave y una altura poco común. Se resiste a creer la verdad hasta que un médico lo descubre durante una exploración, lo que conduce al shock familiar, la visita a más médicos y hasta al mayor especialista en el terreno de la identidad sexual en Nueva York.
Ese punto es el clímax. Durante varias semanas, el médico la evalúa psicológicamente para tomar la decisión de qué género debería tener con una serie de entrevistas. Ella contesta maquillando la realidad porque lo que quiere es encajar y agradar a sus padres, que están convencidos, como ella, de que es una mujer. Resulta chocante ahora mismo ver cómo relacionan la atracción sexual por un género con el género biológico (es decir, si ella dice que le gustan los hombres, es porque es mujer, o viceversa). La lectura a escondidas de su historial le revelará el cuadro completo y la obligará a tomar una decisión para evitar un craso error motivado por sus mentiras piadosas.
Comentarios
Publicar un comentario