Ha pasado un mes desde que me lo leí, pero todavía recuerdo las sensaciones que tenía mientras lo leía. Lo leí rápido para acabarlo cuanto antes porque las escenas me revolvían el estómago, pero de alguna manera necesitaba seguir leyendo. No me creía que las acciones se sucedieran y me preguntaba cuántas salvajadas tendría que leer antes de que mataran a la pobre chica. Porque desde el primer capítulo pensé que el libro iba a acabar mal. Es violento. Es obsceno. El lector suplica piedad a los torturadores, pide que no se les ocurra ir más lejos... pero el problema es que llegan más lejos de lo que pueda imaginar. Yo me preguntaba cómo es que no hay nadie que pare esa locura, y cómo se puede hacer tanto daño psicológico y físico como si fuera un pasatiempo de verano. Ambientado en un pueblo pequeño, llegan dos hermanas huérfanas a vivir con su tía y sus dos primos. El narrador vive en la casa de al lado y los niños son sus amigos, así que pasa mucho tiempo con ellos. De ahí que sea ...
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