Me la apunté como "pendiente" cuando leí que conmocionó a todo aquel que la leyó cuando fue publicada. También por ser una de las novelas destacadas del terror gótico y una de las más populares del romanticismo.Pero tantos años después me ha causado más risas que terror (aunque esté mal decirlo), y no me ha escandalizado en absoluto (el que alguien caiga en la tentación ya no es una excepción, precisamente).
Los personajes del romanticismo y su tendencia a desmayarse y perder la salud ante la adversidad están perfectamente retratados, sobre todo en los personajes masculinos, que lo mismo cantan su amor eterno que caen fulminados por un disgusto. Las mujeres mientras se deslucen un poco,ya que aunque son el centro de las aventuras de los personajes masculinos, ellos tienen toda la acción. La excepción está en la servidora del demonio, que teje la perdición del monje durante todo el relato y por tanto la considero más activa que las demás.
Como no puede ser de otra forma también hay una historia intercalada de un fantasma que se aparece a un personaje hasta casi hacerle perder la razón (me recuerda al final de la leyenda de Bécquer El monte de las ánimas, por cierto), y las criptas tienen un cierto protagonismo, así que es un compendio de todos los temas del gótico.
De todas formas tampoco me ha emocionado en exceso aunque tiene su encanto.
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