No me he leído Perdida (todavía), pero mi madre hablaba tan bien de ese libro que cuando vi el nombre de la autora en los estantes de la librería no dudé y lo llevé a casa. No me ha defraudado. Últimamente la novela negra no lo hace, así que me he abonado al género. Así he disfrutado la historia de una protagonista atípica, con más luces que sombras, todas excusadas por lo que ocurrió en el pasado, pero que me hacían preguntarme si de verdad eran perdonables. Esto me ha impedido conectar del todo con ella, pero no con el resto de personajes, con unas pautas más claras y una moral (o falta de ella) definida. No he tragado al hermano de la protagonista en toda la novela, supongo que no me ha inspirado la más mínima confianza, y la madre no me ha parecido una madre coraje, que es como la pintaban ciertos personajes. Simplemente era un personaje superado por todas las circunstancias de su vida. En definitiva puedo decir que la novela no defrauda.
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