De alguna manera me siento decepcionada con esta novela, aunque esté mal decirlo, pero los personajes históricos (y más un personaje casi mítico como Cleopatra) merecen otro tipo de novelas. Más documentadas y realistas que poco menos que fantásticas. Estos personajes no necesitan ningún tipo de ayuda externa para triunfar o vencer, se bastan por sí solos, en mi opinión.
Así, en esta novela los personajes no dan idea de fortaleza en ningún momento, así como tampoco parecen tener ningún propósito salvo ver como se desarrollan los acontecimientos para actuar.
Las emociones parecen forzadas y las personalidades caricaturizadas, dejando muy claro qué personajes deben ser queridos y cuales odiados por el lector.
La caracterización del país y de la época histórica, así como los problemas de sus habitantes se exponen de puntillas, y se da imagen de diosa a Cleopatra simplemente por escucharlas. Y qué decir de que todos los conflictos encuentran su solución en algún dios que intercede.
Además se ha caído en el tópico en el encuentro entre César y Cleopatra, que si se hubiera preparado de otra manera habría sido más creible para el lector, que en mi caso se queda con la sensación de que Cleopatra se aprovecha del poder del César y la lujuria que en él despierta, dado su exotismo y la diferencia de edad de ambos (él le saca 30 años, toda una vida en esos tiempos). Luego el libro se convierte en un canto al amor que éstos al parecer se profesaban, que queda también como una relación idealizada.
En resumen, me esperaba un libro completamente diferente, una oportunidad de conocer el antiguo Egipto y su interacción con el Imperio Romano, y aquí no lo he encontrado.
Así, en esta novela los personajes no dan idea de fortaleza en ningún momento, así como tampoco parecen tener ningún propósito salvo ver como se desarrollan los acontecimientos para actuar.
Las emociones parecen forzadas y las personalidades caricaturizadas, dejando muy claro qué personajes deben ser queridos y cuales odiados por el lector.
La caracterización del país y de la época histórica, así como los problemas de sus habitantes se exponen de puntillas, y se da imagen de diosa a Cleopatra simplemente por escucharlas. Y qué decir de que todos los conflictos encuentran su solución en algún dios que intercede.
Además se ha caído en el tópico en el encuentro entre César y Cleopatra, que si se hubiera preparado de otra manera habría sido más creible para el lector, que en mi caso se queda con la sensación de que Cleopatra se aprovecha del poder del César y la lujuria que en él despierta, dado su exotismo y la diferencia de edad de ambos (él le saca 30 años, toda una vida en esos tiempos). Luego el libro se convierte en un canto al amor que éstos al parecer se profesaban, que queda también como una relación idealizada.
En resumen, me esperaba un libro completamente diferente, una oportunidad de conocer el antiguo Egipto y su interacción con el Imperio Romano, y aquí no lo he encontrado.
Comentarios
Publicar un comentario