De vez en cuando, incluso en libros premiados (en concreto éste es Premio Nadal), encuentro un libro con el que no consigo encajar de ninguna de las maneras. Soy plenamente consciente de que es un libro que caracteriza perfectamente a un grupo social y una época, por medio de una investigación periodística y que por ello prácticamente cada capítulo está protagonizado por un personaje diferente y escrito en primera persona, sólo por eso debería haberme gustado.
Cada personaje muestra sus vicios, su personalidad y sus intereses; y otros capítulos te dan la posibilidad de compararlo con los pensamientos de otros personajes y determinar si éste ha mentido, ha dicho la verdad al periodista o si se debe de dudar de su juicio porque está profundamente trastornado (la locura no es una posibilidad poco habitual en la novela).
En mi opinión todos los personajes están estereotipados y pocos sorprenden al lector; quizá alguno al final, quizá ni siquiera en el desenlace. De vez en cuando dan a entender que cierto personaje tiene un pasado o presente más perverso de lo que cabría esperar, y para mi no aporta prácticamente nada a la historia en la mayoría de los casos.
En fin, no podría recomendarlo porque al empezarlo pensé que podría tenerlo todo y quedé encantada con el principio, pero el resto del libro y en especial el final me ha dejado completamente fría, los personajes en su mayoría me han parecido planos y solo ha conseguido captar mi atención en un puñado de capítulos.
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