Aunque en algunas librerías o promociones quieran meter a toda novela nórdica como novela negra, no tienen nada que ver salvo en el escenario, y ésta en concreto es una novela policiaca entretenida (y con todo lo que tiene que tener un best seller, un poco de misterio, algo de acción, poca, y una línea romántica). El escenario resultará familiar: un pueblo apartado de la capital, costero; y frío, mucho frío.
Algo bueno: he pasado horas incapaz de dejar de leerlo. Algo malo: no quita que me haya parecido edulcorado en ciertos puntos e incluso con un toque a lo Bridget Jones.
Hay que esperar casi a la conclusión para encontrarle una pizca de novela negra, pues los acontecimientos que se explican en el final sí que son propios del género, justo cuando ya ni se les esperaba. Es completamente diferente a otras novelas suecas, es agradable de leer y tiene un estilo que enganchará sobre todo a los que la novela negra les parezca excesivamente sórdida. También es perfecta para distraerse y si se busca un libro que no invite a la reflexión, que para eso hay otros. Ni siquiera merece la pena juzgar la moral de algunos personajes después de conocer el final, el libro deja muy claro lo que el lector debe pensar de ellos, no hay lugar para la ambigüedad, ni siquiera eso tiene de novela negra.
¿Por qué esa fijación sobre si es o no novela negra? Porque la trama lo tiene todo para serlo, pero se queda en el camino, y aún así al oír hablar de ella (no sé por qué) siempre la calificaban como tal. De todas formas la recomiendo, y es lo suficiente entretenida para que en el futuro me vaya leyendo otros libros de la serie.
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