Leer narrativa con tintes reflexivos de vez en cuando relaja. Así considero yo a las novelas de Auster: relajantes y con poso, te dejan pensando un rato en las figuras que aparecen más allá de la trama argumental.
Ésta en concreto tiene muchas referencias al azar, pero no me parece un tema tan importante para la trama, puesto que es una novela de ficción, es decir, todo lo que pase o deje de pasar es por capricho del autor, no por otra cosa. Así que por mucho que aluda al azar y a la arbitrariedad de los acontecimientos en la vida del protagonista, estos han sido así por la pluma del escritor.
Más repunte merece el tema de la libertad. Cómo un bombero al recibir una gran suma se lanza a la carretera y la dilapida, hasta que la solución a la bancarrota se le aparece en forma de desconocido jugador de póker, con el que hace un pacto. El dinero da la libertad al protagonista, no otra cosa, y necesita recuperarlo aunque sea de una forma algo disparatada, con una partida en la que se entrará con 10000$ en casa de un par de millonarios excéntricos.
A partir de cierto punto de la novela se hace cada vez más patente que la pérdida del dinero quita la libertad, y algo más perturbador: que el trabajo (y el consiguiente dinero recibido por él) hará libre al protagonista.
El azar es lo de menos, y lo de aludir a la música en el título, puro recurso.
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